Por primera vez en 12 años, el Intendente Morghenstein asistió a la sede del HCD
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El Intendente Luis Morghenstein asistió al Concejo el domingo 1 de marzo a dar lectura a su mensaje de apertura del período ordinario de sesiones del año 2015. Fue la primera vez en todo su mandato que tiene un Concejo adverso.
Solo la Concejal Juana Lobo responde al matrimonio Morghenstein-Najar; Marcos Kristal y Sergio Rossi están encolumnados en la línea de Domingo Amaya; y Carlos Barros adhirió al Acuerdo Cívico. Los restantes concejales (Virginia Toscano, Miguel Sánchez, José Omar Maná, Roberto Martín y Néstor Barrera), sostienen la candidatura de Carlos Najar a intendente.
Solo la Concejal Juana Lobo responde al matrimonio Morghenstein-Najar; Marcos Kristal y Sergio Rossi están encolumnados en la línea de Domingo Amaya; y Carlos Barros adhirió al Acuerdo Cívico. Los restantes concejales (Virginia Toscano, Miguel Sánchez, José Omar Maná, Roberto Martín y Néstor Barrera), sostienen la candidatura de Carlos Najar a intendente.
Precisamente, la ruptura política obedece a que el Presidente del HCD desafió a la dedocrática decisión de Morghenstein que eligió a su esposa Adriana Najar de Morghenstein, para sucederlo. No buscó consenso.
Afuera hubo dos grupos bien diferenciados vivando por Carlos Najar y por “La Profe, la más nuestra”. Aunque fue fervoroso, el clima que se vivió también fue el de una verdadera fiesta de la Democracia.
El Intendente ingresó a la sede deliberativa de la William Cross a las 19.30 junto a varios funcionarios de su gabinete municipal. Con él, ingresaron al Recinto solamente su familia y el señor Juan C. Aguirre.
El mensaje
La lectura insumió alrededor de una hora quince minutos. Esta vez el Intendente no intercaló improvisaciones a su lectura, solo se ciñó al papel.
En una tarde-noche bastante pesada por la humedad, se hizo notorio que ninguno de los funcionarios del DEM saludaron a Carlos Najar, ni tampoco lo hizo la Legisladora, su hermana.
A diferencia de años anteriores, la “hinchada” de Morghenstein no tenía a la vista a ningún coordinador que les indicara cuándo debían aplaudir. Pareció que nadie lo escuchaba, porque en todo el discurso no hubo ninguna interrupción para aplaudirlo, ni siquiera de sus funcionarios. Solo al final, obviamente.
Algo que a nadie le pasó desapercibido fue que Morghenstein agradeció a la Presidenta, al Gobernador… a todos, menos a los concejales. Incluso, no los saludó cuando se retiró. La carrera electoral ha comenzado.