Falta de compromiso social

El problema de la basura que “adorna” nuestras calles, espacios públicos y atora los desagües, es una responsabilidad de todos.
Hemos visto cientos de veces a automovilistas arrojar sus deshechos a través de la ventanilla, a peatones tirando, como si nada, la basura en cualquier parte; motociclistas deshaciéndose de botellas de vidrio en medio de la calle. En fin, muchas personas arrojando basura donde les quede cómodo, menos en un cesto o llevándola hasta su casa para luego tirarla donde corresponda. Claro que no todas las personas tienen estos malos hábitos, pero sí la mayoría.
Es lamentable que nos hayamos acostumbrado a transitar en medio de la basura y lo peor es que después nos quejamos de tener una ciudad tan sucia y nos lamentamos de inundaciones por canales atascados de deshechos. Todo esto sucede porque no nos comprometemos con nuestros vecinos, nuestro barrio, nuestro entorno. Sin embargo, parece que solo nos deleitamos criticando y responsabilizando a los demás por esta situación, sin hacernos cargo de la culpa que nos cabe.
El pensamiento común con respecto a arrojar basura en cualquier parte es: “no es mi calle, no es mi barrio, no es mío” y nada mas errado que esto. Entonces la solución es empezar a ver que es nuestra calle, nuestro barrio, nuestra ciudad la que ensuciamos y no la de “nadie” o la del “otro”.
Por otra parte, también es notoria la falta de compromiso social respecto del abandono y maltrato animal. El primer maltrato contra un animal empieza cuando lo abandonamos en la calle. Sin ir más lejos, en barrio BGH (barrio donde está ubicada la sede de la Municipalidad), hay varios perros callejeros y entre ellos un Dogo lastimado en su cabeza y pudriéndose en vida. Este pobre perro tenía una mirada atormentada por el dolor de sus heridas; maltratado por el abandono, por el hambre, por los golpes de personas que lo corren por miedo, por algunos IDIOTAS que juegan golpeándolo, que creen que es divertido lastimar a un animal, pero más que todo, maltratado por no tener el amor de una familia. 
Si no disponemos de las condiciones económicas para hacernos cargo de un animalito, lo mejor sería buscarle una familia o una institución que sí pueda hacerlo y no sumar un animal callejero más.
Como sociedad debemos entender que las mascotas son nuestra responsabilidad. Además, debemos promover la castración y enseñar a nuestros niños que los animales son seres vivos, no juguetes, ni objetos, ni accesorios.