Art. de Interés Gral. 92

El silencioso riesgo de la contaminación por culpa de elementos cotidianos
No sólo objetos que pueden contener plomo, sino también alimentos, que afectan la salud

Hubo casos de resonancia internacional de enfermedad por objetos con contenidos tóxicos , como ser muñecos de Batman y Barbie (Mattel); o figuritas articuladas, trencitos de madera (Sony), pastas dentífricas (Gilchrist and Soames), en todos los casos por elevado contenido de plomo. También a nivel alimentario, por ejemplo, el caso de China, que prohibió la entrada y consumo de tres galletas de la marca Arnott’s, porque presentaba elevado contenido de aluminio.
A parte de la energética, el mundo parece transitar una crisis química, que provoca graves inconvenientes en el medio ambiente y, por consiguiente, en la salud. Según los especialistas, dicha crisis teje cada vez más puentes con enfermedades en la piel, el corazón, los pulmones, el hígado y el cerebro (surgen alergias, asma y hasta cáncer). Hablamos de un tipo de contaminación ante el cual hay que mantenerse alerta, ya que descansa en los productos que utilizamos cotidianamente. “Debemos considerar que vivimos en un mundo tóxico; todo lo que nos rodea es químico, gran parte de ello es tóxico”, define Damián Zopatti, médico del Hospital de Clínicas José de San Martín. Él aclara lo que significa tóxico: “es aquella sustancia –casi siempre química– que, en determinados momentos, se la encuentra en niveles elevados y que la capacidad detoxificadora del cuerpo no es capaz de eliminar. Así se produce un disturbio temporal o permanente en el organismo”. El debate de esta problemática incluye la crítica de la falta de controles necesarios en la producción.
Por ejemplo, “los plásticos de los juguetes o productos con PVC… o los mejoradores del pan, que se siguen utilizando en Argentina, a pesar de que su importación está restringida. También, la fragancia persistente en los autos nuevos la dan componentes de los polímeros que, a largo plazo, son tóxicos”, afirma el Dr. Héctor Berzel, médico toxicólogo.
Greenpeace, por su parte, llevó a cabo diversas investigaciones que concluyeron en que varas lociones deluxe no estaban exentas de elementos perjudiciales para el organismo. Similar consideración tuvieron computadoras, alfombras, muebles tapizados, selladores de baño, champúes y ambientadores.
“Una de las típicas intoxicaciones con productos domésticos se da con la lavandina o el detergente. Podemos citar, también, a los niños que presentan lesiones del tabique nasal y de tímpano como consecuencia del daño químico y eléctrico causado por la introducción en dichas cavidades de las llamadas ‘pilas botón’ de los juguetes”, señala Zopatti.

Prevenir accidentes
“Guardar los elementos de limpieza en aparadores altos y fuera del alcance los niños, al igual que los medicamentos (consejo: almacenarlos en botiquines y bajo llave). Evitar guardar kerosene y nafta en recipientes plásticos, y no instalar braseros y calefones dentro de los baños (por la inhalación de gases)”, enumera Zopatti.
Berzel propone: “La industria, los gobiernos y la sociedad en general deben tomar conciencia. Cuanto más informados estemos, contaremos con más posibilidades de incidir en las políticas de medio ambiente. Debemos preocuparnos y ocuparnos por la salubridad del aire de donde vivimos y donde vivirán nuestros descendientes”.

Fuente: Revista Nueva
Edición del 07-10-2007
Extracto de: “Enemigos Íntimos”