Humor 55

De animales
Era una vez un loro que todas las mañanas iba a abusar de su vecina, una lorita. El dueño de la lorita ya estaba cansado, así que su meta era agarrar al loro y desplumarlo, pluma por pluma. Al día siguiente, atrapa al lorito justo cuando iba a hacer su maldad y lo empieza a desplumar, pluma por pluma. En eso, el loro se empieza a reír a carcajadas y le pregunta el dueño de la lorita: -¿Por qué te ríes, loro estúpido? -Es que nunca lo hice desnudo...

Un día se encontraron los animales terrestres con los animales del mar y se desafiaron a competir en un partido de fútbol. El encuentro terminó 0 a 0, por lo que el árbitro decidió ir a penales. El Tiburón, que era el capitán del equipo del mar, decidió poner al Pulpo como arquero y de pronto el marcador pasó 8 a 0 favorable a los animales terrestres. Entonces, el Tiburón, muy enojado, le gritó al Pulpo:
-Oye, ¿cómo es posible que teniendo 8 tentáculos no puedas atajar los penales?
El Pulpo más enojado aún le contestó:
-Sí, es cierto, pero el que patea es el Ciempiés.

Esta era una vaca y un torito que se querían profundamente, pero vivían en granjas distintas y los separaba un alambre de púas. Entonces, un día el torito se armó de valor y saltó al cerco de su amada vaquita y le preguntó:
-Linda vaquita, ¿cómo te llamas?
-Rosa Corazón, pero me puedes llamar Rosa, porque mi corazón es tuyo.
Y tú, lindo torito, ¿cómo te llamas?
-Toro Juan Bolas, pero me puedes llamar Juan, porque las bolas se me quedaron atoradas en el alambre.


De Jaimito
La mamá de Jaimito, con el fin de hacerlo reflexionar sobre sus travesuras, le dice: -A ver si te portas bien, hijito, porque cada vez que haces algo malo, me sale una cana. -Aaahhhh, entonces, mamá, debiste haber sido tremenda, ¿eh?, porque hay que ver cómo está la abuela.

Llega Jaimito después de haber rendido sus exámenes finales y el padre le pregunta: -A ver, Jaimito, ¿cómo te fue en los exámenes? -Papi, los maestros que me evaluaron eran muy religiosos. -¿Por qué, Jaimito?, preguntó el padre. -Porque cuando corregían mi examen, solamente exclamaban “ay, Dios mío”, “Santísimo”, “Madre de Dios”…

Está Jaimito en la escuela y la maestra le pregunta: -Jaimito, dime una palabra que tenga 5 “i”. Y Jaimito le responde: -Pero profesora, eso es dificilísimo… -Muy bien, Jaimito, muy bien. Una mañana, antes de ir a la escuela, Jaimito le dice a la empleada de la casa: -Abuela, abuelita, llévame a la escuela. Y en ese momento su madre, que lo estaba escuchando, le pregunta: -Jaimito, ¿por qué le dices “abuela” a la empleada? Y Jaimito responde: -Es que papá anoche le decía “Mamacita”.

Jaimito llega a la casa después de su último día de clases y le dice a su papá: -Papá, ¿te acuerdas que a principio de año me dijiste que me pagarías $ 10.000 si pasaba de grado? El padre le responde: -Sí, hijito, ¿por qué? ¡¡¡No me digas que…!!! -Jaimito lo interrumpe y le dice: -¡¡Sí, papá!! ¡¡Te ahorré ese gasto!!

De gallegos
Se encuentran dos amigos y uno le dice al otro:
-Oye, José, ¿dónde ha estado? ¡Tantos meses sin verte!
-Estuve asistiendo a un curso para quitarme las ganas de fumar.
-Por lo visto, no dio resultado, ¿verdad?
-¡Claro que dio resultado!
-¡Pero si estás fumando, José!!
-Sí, pero sin ganas.

Estaban tres amigos en un bar y uno dice:
-Mira qué casualidad, mi mujer fue el cine a ver los tres cerditos y tuvimos tres hijos.
El otro dice:
-Pues la mía fue al cine a ver Blancanieves y los siete enanitos y tuvimos siete hijos.
En eso, Papilo sale corriendo y los otros le preguntan:
-¿Adónde vas con tanta prisa?
A lo que Papilo responde:
-Al cine, que mi mujer se ha ido a ver “Los 101 dálmatas”.

Llega un gallego al médico:
-Doctor, tengo un problema. Mi mujer me está engañando con otro hombre y no me crecen los cuernos.
El doctor le responde estupefacto:
-¡Pero lo de los cuernos es un decir, hombre!
Realmente los cuernos no crecen.
-¡Ay, pero qué alivio, doctor!!, yo creí que me faltaba calcio.

En el zoológico, el gerente le reprocha a uno de sus cuidadores:
-¡¡Pepe, usted es un irresponsable!!.
-Pues, dígame por qué, señor.
-Anoche usted se fue y dejó abierta toda
la noche la puerta de la jaula del león.
-¡Bah! ¿Y quién se va a querer robar un
león?

-¡Cada vez que llego a casa estás durmiendo, hijo! ¿Qué será de ti cuando crezcas?, regañaba el padre a Pepe, y este le contesta:
-Pues, seré político, papá