Humor

Estaban hablando dos ancianos y uno le dice al otro: 
-¿Qué hacés cuando tenés frío de noche, para dormir? 
Y el otro le contesta: 
-¡Es muy fácil! Cuando tengo frío, tomo una bolsa de agua caliente, le cargo agua hervida y la meto debajo de las cobijas al acostarme. Es una tradición de la familia. ¿Y vos?
Entonces el otro le responde: 
-Mirá, yo tengo un gato, cuando tengo frío lo meto debajo de las cobijas.

Si querés, te lo presto esta noche para que veas lo bien que calienta. 
El anciano se llevo el gato y al otro día, cuando se encuentran, llega todo arañado.
-Pero… ¿qué te ha pasado?... ¿Por qué estas tan rasguñado? 
Entonces el otro viejo le contesta: 
-Imaginate que anoche, como estaba haciendo tanto frío, decidí recurrir a tu técnica con el gato, pero no entiendo que sucedió… Cuando lo quise llenar de agua caliente… ¡El estúpido gato me empezó a arañar!

Un amigo le dice al otro
-Mi mujer está
haciendo la dieta de las cinco semanas.
-¡Qué bueno!
¿Y cuánto perdió hasta ahora?
-Tres semanas.

Una mujer va al otorrinolaringólogo:
-Doctor, siento en el oído unos zumbidos imprecisos y unos golpes confusos.
-Bueno… póngase estas gotas y vuelva la próxima semana a ver qué tal está.
Al cabo de una semana vuelve y el médico le pregunta:
-¿Cómo se siente?
-Muy bien, doctor. Ahora oigo los zumbidos y los golpes con mucha más nitidez.

Una mujer gallega se dispuso ir a misa. pero al ratito, nomás, volvió a su casa y le pregunta su esposo:
-¿No te ibas a la Iglesia, mujer?
-Que sí, pero cuando llegué, el diácono dijo: “que entren las devotas”…. entonces, yo me volví a la casa.
-¿Por qué?
-Porque yo fui de sandalias.

Un marino gallego:
-¡Capitán! ¿Puedo desembarcar por la izquierda?
-Por babor… se dice por babor…
-Por babor, Capitán, ¿puedo desembarcar por la izquierda?

Le pregunta el maestro a Luisito:
-¿Cómo suena la M con la A?
-MA…
-Muy bien, Luisito. ¿Y si le agrego tilde, cómo suena?
-Suena MATILDE.
Una mujer a su esposo:
-Cariño, dame el bebé.
-Bueno, pero esperá a que llore.
-¿A que llore? ¿Por qué?
-Porque no lo encuentro...

Un hombre flojo de autoestima, le pregunta a su mujer.
-Cariño, ¿tengo la nariz grande?
-No… tenés una nariz común…
-¿Ah, sí?
-Sí… ¡común tucán!

-Mamá, ¿qué hacés con los ojos cerrados frente a la computadora?
-Nada, hijo. Lo que pasa es que Windows me dijo que cerrara las pestañas.