Humor

Regresa Papilo de vacaciones y desde el aeropuerto llama a su amigo que había dejado de casero:
-Hola, Papilo ¿cómo te ha ido?
-Bien, Pepe, bien. ¿Cómo está todo en estos quince días en la casa de campo que te presté?
-Muy bien, gracias. ¡Ah! Tengo que darte una mala noticia: se te ha muerto el loro.
-¿Cómo? ¿Mi loro? ¿El loro que importé del Amazonas? ¿El que me costó 10.000 dólares?
-Bueno, se ve que a los loros no les sienta bien picotear carne de caballo en descomposición.
-¿Dónde consiguió la carne el loro?

-Es que hubo que soltarlo, y como los caballos habían muerto de cansancio haciendo girar la noria para sacar agua del pozo...
-¿Mis pura sangre de carrera que cuestan 100.000 dólares?... ¿Para sacar agua del pozo?
-Bueno, las mulas también murieron , y...
-¿Por qué no pusiste en marcha el motor eléctrico?
-Lo hice, pero al incrementar la potencia saltaron los fusibles, y con la prisa que había...
-¿Qué prisa? ¿Para qué necesitabas tanta agua?
-Para apagar el incendio...¡Ah! No te lo había dicho todavía: se te quemó la casa.
-Pero ¿cómo pudo incendiarse la casa?
-Eso fue un desgraciado accidente: una vela que cayó, una cortina que se encendió... Y ¡ya tenemos un incendio!
-Para qué necesitabas velas si en la casa hay electricidad.
-Hombre, Papilo, en un velatorio quedan mucho mejor las velas.
-¿Qué velatorio? ¿Quién ha muerto?
-¡No me digas que no te has enterado! Es que tu tía y tu esposa vinieron a ver cómo iba todo, las confundí con un ladrón y les disparé con tu escopeta
-¿¡Mi tía y mi esposa!? ¡Te voy a matar! ¡Hij..!
-¡Bueno che! ¡Cómo te ponés por un lorito de morondanga!
Un señor va de cacería a África y se lleva su perrito Maltess para no sentirse solo en ese lugar. Un día, ya en la expedición, el perrito se aleja del grupo y se extravía por corretear mariposas y comienza a vagar solo por la selva.
De pronto ve a lo lejos que viene una pantera enorme a toda carrera. Al ver que la pantera se lo va a devorar, piensa rápido qué hacer. En eso ve un montón de huesos de un animal muerto y se pone a mordisquearlos. Cuando la pantera está a punto de atacarlo, el perrito dice:
-¡Ah, qué rica pantera me acabo de comer!
La pantera lo alcanza a escuchar y frenando en seco, gira y sale despavorida pensando, quién sabe qué animal será ese, no me vaya a comer a mí también.
Un mono que andaba trepando en un árbol cercano y que había visto y oído la escena, sale corriendo tras la pantera para contarle cómo la engañó el perrito.
-¡Pantera estúpida!, esos huesos ya estaban allí. Además, ¡es un simple perro!
El perrito alcanza a darse cuenta de la mariconada del mono. Después que el mono le contó, la pantera se puso furiosa y le dice al mono.
-Subite a mi espalda, ahora vamos por el perro a ver quién se come a quién. Y sale corriendo como el viento a buscar al perrito.
El perrito ve a lo lejos que se le venía la pantera nuevamente intimidante y esta vez con el mono chismoso encima.
-¿Y ahora qué hago?, dice todo asustado el perrito.
Entonces, el perrito, en vez de salir corriendo, se queda sentado dándoles la espalda como si no los hubiera visto y cuando la pantera está a punto de atacarlo de nuevo, el perrito dice:
-¡Qué mono de porquería!, hace como media hora que lo mandé a traerme otra pantera y todavía no aparece!

Moraleja:
“En momentos de crisis, sólo la imaginación es más importante que el conocimiento”.