Humor del 154

 Resulta que Cornelio se ha casado con Facilisa. En la noche de bodas, Facilisa coloca un cofre cerrado con un gran candado al pie de la cama.
-¿Para qué es ese cofre, cielo?, pregunta Cornelio.
-Ese es un secreto mío que nunca te voy a decir -le responde su amada.
Cornelio, respetuoso del sentir de su mujer, no vuelve a preguntar. Al volver del viaje de bodas, Facilisa coloca al pie de la cama de su nuevo hogar el dichoso cofre. Cornelio, presa de la intriga y la duda, le vuelve a preguntar:
-Vida mía, después del maravilloso viaje de bodas, puedes decirme  qué es lo que guardas con tanto celo en ese cofre?
-No, querido mío. Como te he dicho antes, es mi secreto y no te lo diré.
Así pasan muchos años sin que Cornelio pregunte más por el cofre. Sin embargo, al cumplir 50 años de casados, después de la celebración, Cornelio persiste nuevamente y decide preguntarle a su mujer:
-Amor mío.... son ya 50 años de casados. Hemos compartido mucho y la verdad es que creo que es tiempo de que me digas lo que guardas en el cofre.
Facilisa, conmovida por la escena, finalmente accede y al abrirlo, Cornelio encuentra dentro cinco granitos de maíz y 350 mil pesos. Cornelio, perturbado, le pregunta a su mujer:
-¿Y eso, para qué lo has guardado con tanto celo?
-Debo confesarte, responde Facilisa, que por cada vez que te he sido infiel, guardaba un granito de maíz en el cofre.
Cornelio, aunque decepcionado, se consolaba pensando que cinco infidelidades, en 50 años de casados, después de todo no era tanto. Entonces, pregunta a Facilisa:
-¿Y esos 350 mil pesos?
Y le responde Facilisa:
-Es que cada vez que juntaba una tonelada de maíz, la vendía