Artículo de Efemérides 89

17 de Agosto de 1850-2008

Aniversario de la muerte del General José de San Martin


José de San Martín nació en Yapeyú, Corrientes, el 25 de febrero de 1778. Cuando era muy niño sus padres, don Juan de San Martín y doña Gregoria Matorras, lo llevaron a España para que allí realizara sus estudios.

Dos frases tomadas del escudo de armas de sus padres parecen haber sido sus reglas de vida: “Serás lo que debas ser o no serás nada” y “Velar se debe a la vida de tal suerte que viva quede en la muerte”.

Hacia 1804 luchó nuevamente contra las tropas de Napoleón en las batallas de Arjonilla y Bailén; su destacada actuación en esta última le valió el ascenso a teniente coronel. Tres años después, luego de su intervención en la batalla de Albuera, solicitó la baja del ejército español, ya decidido a abrazar la causa de la emancipación americana. Antes de embarcarse hacia América viajó a Londres donde conoció a varios americanos, entre ellos a Manuel Moreno, hermano de Mariano, Tomás Guido y Andrés Bello.

A bordo de la fragata Jorge Canning llegó a Buenos Aires en marzo de 1812. El Triunvirato le reconoció el grado de teniente coronel y le encomendó la formación de un regimiento de caballería. San Martín puso todo su esfuerzo y su valiosa experiencia guerrera en la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo, cuyo cuartel se estableció en Retiro.

Allí adiestró a sus hombres, física y moralmente. Inculcándoles un estricto código de honor castigaba, entre otras cosas, la cobardía en la lucha. Su bautismo de fuego fue el combate de San Lorenzo el 3 de febrero de 1813, ocasión en la que estuvo a punto de perder su vida y fue salvado por la oportuna intervención de sus heroicos soldados Baigorria y Cabral.

Poco antes, había firmado una filial de la Logia Lautaro, junto con sus amigos Alvear y Zapiola, cuya finalidad era trabajar por “la independencia de América y su felicidad, obrando con honor y procediendo con justicia”. Promovida por esta asociación, estalló la revolución el 8 de octubre de 1812, que derrocó al Primer Triunvirato y dio lugar a la formación del segundo.


En el Norte y en Los Andes

A principios de 1814, San Martín reemplazó a Manuel Belgrano en el mando del Ejército del Norte y se dedicó a reorganizarlo, creando para ello una Academia Militar. Luego de permanecer cuatro meses al frente de las tropas, solicitó licencia argumentando motivos de salud.

Dos años después fue decisiva su intervención, así como las de Belgrano, en las sesiones del Congreso de Tucumán en lo relativo a declarar la independencia. En 1814 había sido nombrado gobernador intendente de Cuyo, y de acuerdo con Pueyrredón había planeado la formación de un ejército que fuera capaz de llevar al continente americano la bandera de la libertad.

Con grandes esfuerzos, el director supremo Pueyrredón cumplió su palabra y apoyó a San Martín en la magna empresa, que también contó con el invalorable apoyo del pueblo mendocino. Así se equipó a las tropas que iban a cruzar la cordillera de los Andes. Las mujeres cosieron la ropa, fray Luis Beltrán forjó las armas y el genio militar de San Martín les inculcó los conocimientos y la disciplina que, unidos al heroísmo de los soldados, los iban a convertir en invencibles.

Se sucedieron en Chile las batallas gloriosas de Chacabuco y Maipú. Cancha Rayada fue un desesperado intento de los realistas por recuperar Chile, pero el triunfo de Maipú significó la libertad para ese país hermano. San Martín proclamó su independencia el 12 de febrero de 1818.

Inmediatamente se dedicó a organizar su campaña al Perú. El Ejército Libertador partió de Valparaiso en agosto de 1820. El Callao, Nazca, Pasco, la campaña de Puertos Intermedios y meses de negociaciones llevaron finalmente a proclamar la independencia del Perú el 28 de julio de 1821.

Mientras tanto, el general venezolano Simón Bolívar venía realizando su campaña libertadora desde el norte. San Martín decidió entrevistarse con él. La reunión se realizó en Guayaquil el 26 de julio de 1822. El resultado de aquella entrevista fue el retiro de San Martín de la lucha, cediendo a Bolívar la gloria de completar la campaña. Ese mismo año renunció a todos los cargos y honores en el Perú y se dirigió a Mendoza.


Los últimos años

La muerte de Remedios, su esposa, y algunos comentarios mal intencionados en su contra lo sumieron en un gran dolor. Con su hija Mercedes partió hacia Europa. En 1829 volvió a Buenos Aires, pero no desembarcó al comprobar que su amada Patria estaba desgranada en luchas civiles. Se instaló en Grand Bourg, Francia, en una propiedad que pudo adquirir gracias a la ayuda de su amigo Alejandro Aguado.

Poco después del casamiento de su hija, se trasladó a Boulogne Sur Mer donde transcurrieron los últimos años de su vida, sin responder a las difamaciones de quienes no supieron ver su grandeza. Pero también recibió la visita de hombres de la talla de Juan Bautista Alberdi y de Domingo Faustino Sarmiento, que le hablaban de la patria lejana y recibían sus lecciones de humildad y patriotismo. Allí murió el gran General.


Fuente: Suplemento Escolar de

La Gaceta (Edición del Martes 12 de agosto)