Historias Para Pensar 76

Justicia Divina

Cuenta una antigua leyenda, que en la Edad Media un hombre muy virtuoso fue injustamente acusado de haber asesinado a una mujer. En realidad, el verdadero autor era una persona muy influyente del reino y por eso, desde el primer momento, se procuró un "chivo expiatorio" para encubrir al culpable.

El hombre fue llevado a juicio ya conociendo que tendría escasas o nulas chances de escapar al terrible veredicto: ¡¡la horca !!

El Juez, también complotado, cuidó no obstante, de dar todo el aspecto de un juicio justo, por ello dijo al acusado:

-"Conociendo tu fama de hombre justo y devoto del Señor, vamos a dejar en manos de Él tu destino. Vamos a escribir en dos papeles separados las palabras "culpable" e "inocente". Tu escogerás y será la mano del Dios la que decida tu destino.

Por supuesto, el mal funcionario había preparado dos papeles con la misma leyenda: "CULPABLE" y la pobre victima, aún sin conocer los detalles, se daba cuenta de que el sistema propuesto era una trampa. No había escapatoria.

El Juez conminó al hombre a tomar uno de los papeles doblados. Este respiró profundamente, quedó en silencio unos cuantos segundos con los ojos cerrados y cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrió los ojos y con una extraña sonrisa, tomó uno de los papeles y llevándolo a su boca lo engulló rápidamente.

Sorprendidos e indignados los presentes le reprocharon airadamente…

-Pero ¿qué hizo...? Y ahora... ¿Cómo vamos a saber el veredicto...?!!!!

-Es muy sencillo -respondió el hombre injustamente acusado. Será cuestión de leer el papel que queda y sabremos lo que decía el que me tragué.

Con rezongos y bronca mal disimulada, debieron liberar al acusado. Jamás volvieron a molestarlo.

Moraleja: Por más difícil que se nos presente una situación, nunca dejemos de buscar la salida ni de luchar hasta el último momento.

Fuente: Internet.
Autor: Desconocido.