Historias para Pensar 107

Aunque la de hoy no sea una historia propiamente dicha, sino más bien una reflexión sobre el “No”, consideramos conveniente su publicación en este espacio, aunque sea breve, por la claridad y precisión del mensaje, que bien podrá servirnos a más de uno.


No


NO es NO y hay una sola manera de decirlo.

NO. Sin admiración, ni interrogantes, ni puntos suspensivos.
NO, se dice de una sola manera. Es corto, rápido, monocorde, sobrio y escueto.
NO. Se dice de una sola vez,
NO. Con la misma entonación,
NO. Como un disco rayado, no.
Un NO que necesita de una larga caminata o una reflexión en el jardín no es NO.
Un NO que necesita de explicaciones y justificaciones no es NO.
NO, tiene la brevedad de un segundo.
Es un NO para el otro, porque ya fue para uno mismo.
NO es NO, aquí y muy lejos de aquí.
NO, no deja puertas abiertas ni entrampa con esperanzas, ni puede dejar de ser NO, aunque el otro y el mundo se pongan patas arriba.
NO, es el último Acto de Dignidad.
NO, es el fin de un libro, sin más capítulos ni segundas partes.
NO, no se dice por carta, ni se dice con silencios, ni en voz baja, ni gritando, ni con la cabeza gacha, ni mirando hacia otro lado, ni con símbolos devueltos; ni con pena y menos aún, con satisfacción.
NO es NO, porque NO.
Cuando el NO, es NO, se mirará a los ojos y el NO se descolgará naturalmente de los labios.
La voz del NO, no es trémula, ni vacilante, ni agresiva, y no deja duda alguna.
Ese NO, no es una negación del pasado, es una corrección al Futuro.
Y sólo quien sabe decir NO puede decir SI.

Autor: Hugo Finkelstein
Escritor y Master en Psicoinmunoendocrinología, nacido en Tucumán. “No” es un extracto de su “Libro del no amor”, que puede descargarse completo de Internet en formato PDF de su sitio oficial: www.hugofinkelstein.com.ar