Editorial 62

Egoísmo en sociedad

Ninguna comunidad está exenta de padecer alguna situación indeseable que afecte su normal convivencia. Así, factores naturales, como ser inundaciones, sequías, vientos, etc., afectarán esa convivencia. Para nuestro caso, valga como ejemplo la tormenta del 29 de abril de 2006 que sufrimos en Las Talitas, tormenta cuyos vientos derribaron numerosos árboles. Pues bien, esa fue una ocasión en la que los funcionarios de gobierno tuvieron que acudir a dar soluciones específicas, como ser el despeje de calles y retiro de los ejemplares caídos, etc.
¿Pero qué pasa ante otro tipo de situaciones indeseables, que también se producen, y no dependen de factores naturales? Por ejemplo, la conformación de basurales. Pues bien, el ordenamiento jurídico también indica que sea el Estado, los mismos funcionarios de gobierno, quienes deben tomar cartas en el asunto.
Ahora, más allá de que la intercesión de una Municipalidad para la erradicación de basurales sea eficiente o no, lo grave es la conformación de esos basurales. ¿Por qué? Porque tiene como agentes “conformadores” a algunos vecinos inescrupulosos, miembros de esta misma comunidad, que no tienen conciencia del daño que ocasionan. Es una cuestión cultural.
Lastiman el paisaje urbano cotidiano en lo estético y en lo higiénico. Porque lo más delicado es que con bolsas de basura en alguna esquina o lote desocupado, se afecta la salud de la comunidad toda. Es cultural, porque sabiendo del daño que ocasionan, igual lo hacen. ¿Qué pensarán? “Total, la calle no es tuya, es pública; y además, después se lo lleva el camión de la Municipalidad”. Ese es el error, señor vecino inescrupuloso: decir que es pública no es decir que es de nadie, por el contrario, quiere decir que es de todos. Esa afrenta es desidia.
Todos hemos sido testigos en alguna oportunidad de los lugares inauditos que se eligen para arrojar descaradamente a cualquier hora del día alguna bolsa con basura, incluso, durante las lluvias, para que la “correntada” la lleve. ¿Sabrán que esa basura que arrojaron taponará alcantarillas o anegará canales de desagüe y que seguramente provocará una inundación que afectará los colchones y la heladera de otro vecino?
En días en que el servicio de recolección de residuos domiciliarios no se efectivice por cualquier motivo (feriados, paros, etc.), será muy importante –por el bien de todos– que en cada hogar se tomen las previsiones necesarias y no salir a arrojar los residuos a ninguna esquina ni lote baldío. Será bueno procurar desterrar esta mala costumbre tucumana, evitando el egoísmo en sociedad.