Humor 126

Humor escolar (Alumnos inteligentes)

En estas distintas situaciones anecdóticas del ámbito escolar, imagine las distintas situaciones en que un profesor o profesora se dirige a sus “blancas palomitas”:

¿Qué debo hacer para repartir 11 patatas por 7 personas?”
-Puré de patata, profesor.

-Joaquín, diga el presente del indicativo del verbo caminar.”
-Yo camino..., tú caminas..., él camina…,
-¡Más deprisa, Joaquín!
-¡¡Nosotros corremos, vosotros corréis, ellos corren !!

-“Llovía”, ¿qué tiempo es?
-Es un tiempo muy malo, profesor.

-¿Cuántos corazones tenemos nosotros?
-Dos, profesor –contesta Clara.
-¿Dos?
-Sí, el mío y el suyo.

Dos alumnos llegan tarde a la escuela y dicen como justificación:
El 1º dice: -Me he despertado tarde, he soñado que fui a la Polinesia y en el viaje he tardado mucho.
Y el 2º dice:
-Y yo he ido a esperarlo al aeropuerto.

Profesor preguntando en un examen oral a un alumno de Derecho :
-¿Que es un fraude?
Contesta el alumno:
-Un fraude es lo que está haciendo usted.
El profesor pregunta indignado:
-¿Cómo es eso?
-Según el Código Penal, comete fraude todo aquél que se aprovecha de la ignorancia del otro para perjudicarlo.

-María, señale en el mapa dónde queda América del Norte!
-Aquí está, profesora.
-Correcto. Ahora, los demás respondan ¿Quién descubrió América?
Y todos los demás contestaron:
-María.

-Juanito, dime con sinceridad, ¿rezas antes de las comidas?”
Y Juanito contesta:
-No, profesora, no lo necesito, mi madre es buena cocinera.

-Arturo, tu redacción “Mi perro” es exactamente igual a la de tu hermano. ¿La has copiado?
-No, profesora, es que el perro es el mismo.

-Carlitos, ¿qué nombre se le da a una persona que continúa hablando aunque los demás no estén interesados en oírle?
-Profesora.

-Paco, diga 5 cosas que contengan leche.
-Si, profesor: Un queso y 4 vacas”


Una maestra estaba dictando una clase sobre la circulación de la sangre. Tratando de constatar si los alumnos habían entendido bien, dijo:
-A ver niños, si yo me paro de cabeza, la sangre, como es más pesada, se irá a la cabeza y mi cara enrojecerá. ¿No es así?.”
-Sí, contestó la clase.
-Entonces, por qué será que cuando estoy de pié la sangre no se me va a los pies?
Y un pequeño del fondo, respondió:
-Porque los pies no son huecos, seño.

El profe al alumno Papilo:
-¡Otra vez con chicle, Papilo! ¡A la papelera.
A lo que el alumno pregunta:
-¿El chicle también, seño?