Editorial 118

Perros sueltos

En horas de la mañana del viernes 6 del corriente mes, en la ahora unidireccional Calle 8 de Villa Mariano Moreno, casi en su intersección con Calle 13, el conductor de una moto y su acompañante sufrieron un accidente por culpa de un perro que se cruzó imprevistamente en su trayectoria.
En octubre del año pasado a los editores de esta revista nos tocó vivenciar un accidente similar, aunque en avenida William Cross justo frente al Escuadrón 55 de Gendarmería Nacional. En nuestro caso se trató –gracias a Dios– de un accidente menor en el que los mayores daños, amén de los raspones y golpes de rigor, los tuvo la moto. (Dicho sea de paso, luego de arreglada nos fue robada, pero esa es cuestión que no hace al tema de este editorial). En aquella ocasión vimos cómo por la rápida intervención de Gendarmería se desvió el tránsito, se llamó a la ambulancia, a la policía, y personal médico de la institución nos brindó los auxilios inmediatos. También, comprobamos la profesionalidad del personal del Siprosa, tanto el de emergentología como el de la guardia del Centro de Salud.
Mencionamos esta cuestión porque queremos destacar lo importante que es adoptar todas las medidas necesarias para evitar dejar suelta a nuestra mascota. El que adopta un perro para criarlo como mascota, ¿sabe que es responsable del perjuicio que provoca en un accidente de las características descriptas? ¿Qué hace falta para que entienda que hay que evitar que nuestras mascotas deambulen por las calles?
Aunque es sabido que esto se repite en todo a lo largo de nuestra Provincia, sería muy positivo que en nuestro municipio se implementara el proyecto de la Sociedad Protectora de Animales de Tucumán, denominado Centro Municipal de Sanidad Animal (CEMSA) en el cual se fija –tal como lo informáramos en el último número- “la metodología de trabajo de la fauna urbana para el retiro, resguardo y reubicación de animales de la vía pública, desde una perspectiva ética y no eutanásica”.
Entonces, si los dueños evitan que sus mascotas salgan a la calle, por un lado, y si un organismo como SPAT trabaja en el retiro de la vía pública de animales abandonados, no sucederían accidentes como los mencionados ni otros que podrían ser de suma gravedad.
El perro es el mejor amigo del hombre, pero cruza la calle sin mirar. Evitemos dejar los perros sueltos.