Historias para Pensar 140

Libreta de calificaciones

Era miércoles a las 8:00 de la mañana. Llegué puntual a la escuela de mi hijo.
-“No olviden venir a la reunión, es obligatoria” -fue lo que la maestra escribió en el cuaderno del niño. ¡Pues qué cree la maestra! ¿Cree que podemos disponer del tiempo a la hora que ella diga? Si supiera qué importante era la reunión que tenía a las 8:30 a.m., de aquí dependía un buen negocio y… ¡tuve que cancelarla!…
Ahí estábamos todos, papás y mamás. La maestra empezó puntual , agradeció nuestra presencia y empezó a hablar . No recuerdo qué dijo, mi mente estaba pensando cómo resolver lo de ese negocio, probablemente podríamos comprar una nueva televisión con el dinero que recibiría.
-Juan Rodríguez!… escuché a l o lejos. ¿No está el papá de Juan Rodríguez? -dijo la maestra.
-Sí, sí , ¡aquí estoy !, contesté pasando a recibir la libreta de mi hijo. Regresé a mi silla y me dispuse a verla. ¿Para esto vine? ¿Qué es esto?… La libreta estaba llena de seis y sietes. Guardé las calificaciones inmediatamente, escondiéndola para que ninguna persona viera las porquerías de calificaciones de mi hijo. De regreso a la casa aumentó más mi coraje a la vez que pensaba…., ¡si le doy todo! ¡Nada le falta! ¡Ahora sí le va a ir muy mal!… Me estacioné y salí del carro, entré a la casa, tiré la puerta y grité:
-¡¡¡Ven acá Juan!!!
Juan estaba en su recámara y corrió a abrazar -me.
-¡Papi!…
-¡Qué papi, ni que nada!
Lo retiré de mí, me quité el cinturón y no sé cuantos latigazos le di , al mismo tiempo que decía lo que pensaba de él .
-¡¡¡¡Y te me vas a tu cuarto!!! – terminé.
Juan se fue llorando, su cara estaba roja y su boca temblaba. Mi esposa no dijo nada, solo movió la cabeza negativamente y se fue…
Cuando me fui a acostar, y a más tranquilo, mi esposa me entregó otra vez la libreta de calificaciones de Juan, que estaba dentro de mi saco y me dijo:
-Léela despacio y después toma tu decisión…
Ésta decía así:
Libreta de calificaciones para el Papá:
Tiempo que le dedica a su hijo (Calificación):
• En conversar con él a la hora de dormir (6)
• En jugar con él (6)
• En ayudarlo a hacer la tarea (7)
• En salir de paseo con la familia (6)
• En contarle un cuento antes de dormir (6)
• En abrazarlo y besarlo (6)
• En ver la televisión con él (7)
Él me había puesto seis y sietes, a mí! Yo me hubiese calificado con menos de cinco… Me levanté y corrí a la habitación de mi hijo, lo abracé y lloré…
Quería regresar el tiempo, pero era imposible… Juanito abrió sus ojos, aún estaban hinchados por sus lágrimas, me sonrió, me abrazó y me dijo: ¡te quiero papi! Cerró sus ojos y se durmió.

Autor: Desconocido