Humor 139

De campesinos

Un campesino
-¿Cómo es que ese auto corre tanto?
-Eso es debido a que está pintado de azul y verde -le contesta el porteño, aprovechándose de la ignorancia del campesino.
Una vez que llega al pueblo compra dos latas de pintura azul y verde para pintar su asno, cuando el campesino le lanza la pintura azul al animal, éste se incorpora debido al picor que produce en la piel y sale disparado por el camino. El campesino lo observa y dice:
-¡Caramba! ¡Y eso que todavía le falta la pintura verde!

Un día un granjero cruza por su plantación con una cubeta a recoger algunas frutas, al llegar al río ve dos chicas bañándose totalmente desnudas. Ellas al verlo se meten en el agua hasta el cuello y le dicen:
-No vamos a salir hasta que usted no se vaya.
-No vine a verlas a ustedes, -responde el granjero levantando la cubeta. Solo vine a darles de comer a los cocodrilos.

-¿Dónde los metemos?
-En la casa –le contesta el compañero.
-¿Y el olor? –vuelve a preguntar el primero.
-Bueno, ellos ya se acostumbrarán.

Un turista que pasea por el campo ve una granja y pregunta al dueño:
-¿Pone muchos huevos esa gallina blanca?
Hasta ahora ninguno, responde el campesino.
-¡Que contento se pondrá usted cuando ponga el primero!
-Figúrese, venderé huevo y ave a peso de oro.
-¿Por qué? –pregunta extrañado el turista.
Y el granjero le contesta:
-Pues, porque esa gallina, ¡es un gallo!

Un tipo de la ciudad llega a un rancho y tiene la necesidad de trabajar, pero no sabe nada de la vida de campo, inclusive no conoce los animales, ni como montar un caballo. Le asignan el trabajo de cuidar las chivas y al día siguiente se va al monte y cuando regresa por la tarde muy cansado, el patrón le preguntó:
-¿Cómo te fue con el rebaño?
-Muy bien, pero solo un animal me dio mucho trabajo, porque nunca lo podía alcanzar.
-¿Y cuál era ese animal?
-Mire, aquella chiquita y orejona.
El patrón le dijo:
-Esa no es una chiva, es un conejo.

Había dos campesinos conversando y uno le dice al otro:
-¿Por qué no vamos a robar vacas al fundo de nuestro patrón?
A lo que el otro responde entusiasmado:
-¡Esta bien!, pero disfracémonos de vaca también para que no nos reconozcan.
Entonces se ponen un disfraz y van a robar vacas con una escopeta, cuando de repente uno le dice al otro:
-¡Hey! ¡Dame la escopeta, rápido!
Y el otro dice:
-¿Por qué? ¿Acaso viene una vaca?
Entonces el otro campesino le dice asustado:
-¡No, un toro!
 
Dos campesinos compran 50 cerdos y uno le dice al otro:
va sobre su asno cuando de pronto pasa un Ferrari a una gran velocidad, más adelante el campesino ve el Ferrari parado y aprovecha para hacerle una pregunta al conductor, que era un porteño: