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Una semblanza de personas talitenses que trabajan y se destacan en lo deportivo, social y/o cultural.

Martín Córdoba: ejemplo de superación permanente
Nos comparte sus impresiones al momento de consagrarse Subcampeón Iberoamericano de Taquigrafía en Bs. As.

Martín nació con una discapacidad en un brazo y en una pierna, y con una deformidad en su mano derecha. Tiene 35 años y vivió toda su vida en Villa M. Moreno. Hace ya 14 años que trabaja en la Honorable Legislatura de Tucumán como taquígrafo. Le gusta el deporte (practica natación) y la música. También disfruta del cine y del teatro. Somos compañeros de trabajo y el tiempo nos devino en amigos. A través de las muchísimas charlas que tengo con él pude ver que hay personas a las que no las condiciona “su condición”. Para él, subir al colectivo en días de lluvia y tratar de cerrar el paraguas con sólo una mano, es una odisea. Pero sé que porque llueva, no dejará nunca de salir. A mí no me sorprende que una de sus citas de cabecera sea: “El que tiene un porqué para vivir puede soportar cualquier cómo”, de Friedrich Nietzsche.
El que sigue es un texto suyo referido a su reciente experiencia en Buenos Aires, donde el mes pasado obtuviera el Subcampeonato.
Gabriel Barrera.


Mi experiencia en el II Campeonato Iberoamericano de Taquigrafía

Ahora, al ponerme a escribir acerca de la maravillosa experiencia que, gracias a Dios, me tocó vivir el día 24 de setiembre de 2010, regresan a mi conciencia aquellas bonitas imágenes de aquel día, las cuales se van sucediendo, una tras otra y, por momentos, confieso que mi mente quisiera “congelarlas” para que se queden allí por siempre, eternizadas. Recuerdo el entusiasmo que animaba a todos los compañeros participantes momentos antes de la competencia, cómo los estenotipistas acomodaban sus máquinas y se disponían a realizar “una última práctica” para ver si todo realmente estaba bien; también evoco cómo los taquígrafos manuales preparábamos nuestros elementos: algunos comprobábamos si el lápiz estaba adecuadamente afilado o no, a la vez que decidíamos con cuál de los extremos del mismo íbamos a escribir, otros decidían cuál bolígrafo usarían, y también determinábamos cuáles serían las hojas que íbamos a utilizar, tanto para realizar el “dictado de calentamiento” como para taquigrafiar el dictado definitivo. Pude observar cómo los nervios, naturales y propios de una competencia de estas características, se apropiaban de los cuerpos, en mayor o en menor medida, pero que, en definitiva, todos los sentíamos… En fin, rememoro todo esto y, sinceramente, quisiera que mañana mismo hubiere otra competencia para estar presente en ella, pues todo lo que allí se vive a veces no se puede expresar con palabras.

Martín Córdoba (sentado) junto a
Jorge Bravo, director de Taquígrafos
del Senado de la Nación.
A quienes están leyendo estas líneas, debo contarles que nunca competí en algún certamen deportivo de cualquier naturaleza, por lo que esta competencia fue mi primera experiencia. También debo expresar que siempre estuvo en mí el sano deseo de competir (antes que con otros, conmigo mismo, tratando de superarme cada vez un poco más), por ejemplo, en natación: realmente hubiera querido hacerlo en esa disciplina que tanto me gusta -aunque aún no renuncio a esta posibilidad-, pero, en fin, se dio así -y para nada es poco-: tuve la enorme satisfacción de competir por primera vez en una actividad que me apasiona sobremanera: la taquigrafía manual, la cual pude descubrir en la escolaridad secundaria, cuando cursaba el 4° año, y nunca dejaré de agradecer a Dios por el hecho de haberme permitido conocer aquellos hermosos y multiformes signos, derivados de las figuras geométricas, que llegaron a mí en aquella oportunidad para nunca más abandonarme.

He sido partícipe de la taquigrafía considerada como un deporte [1] y he disfrutado del “antes” y del “después” del evento competitivo: el “antes” estuvo dado por toda la etapa previa de entrenamiento para poder llegar en las mejores condiciones posibles al Campeonato, etapa que redundó en un notable perfeccionamiento en el arte de taquigrafiar, dada la dedicación y el esfuerzo que puse para conseguir el objetivo que me había propuesto, que no fue otro que entregar lo mejor de mí como taquígrafo, con independencia de los resultados que pudiera obtener; el “después” estuvo dado por los días que siguieron a la competencia, con la correspondiente cuota de ansiedad que me acompañó hasta el momento de la premiación.

No quiero dejar de señalar mi experiencia al emplear la tecnología del reconocimiento de voz en el Campeonato, pues he utilizado un programa informático basado en esta tecnología para traducir mis notas taquigráficas y he podido observar cómo la taquigrafía manual y la técnica antes mencionada -dos herramientas puestas al servicio del taquígrafo- se unieron, se complementaron una con la otra. Al contrario de lo que algunos pueden pensar respecto a que las nuevas tecnologías pueden sustituir al taquígrafo, pienso que de ninguna forma esto puede ser posible, pues el “verdadero taquígrafo” es el cerebro de la persona que está detrás de las herramientas (lápiz y papel, máquina de estenotipia, computadoras, etcétera), el cual, por su extrema complejidad, no puede sustituirse artificialmente. Sí estoy convencido que el taquígrafo debe servirse de todos los adelantos tecnológicos que surjan y que redunden en una óptima realización de su labor taquigráfica.

En mi caso, el solo hecho de intervenir en el Campeonato ya fue todo un éxito, por lo que el resultado de haber clasificado como subcampeón constituyó todo un plus, como también lo es todo lo que día tras día continúo viviendo con relación a este logro.

Qué interesante sería que el entusiasmo que manifestamos todos los taquígrafos que participamos en este certamen internacional de Taquigrafía se contagiara entre más colegas y que en el III Campeonato Iberoamericano de Taquigrafía, a realizarse en Uruguay en el año 2012, esto se viera reflejado en un mayor número de participantes.

  • [1] Considerando la acepción del DRAE: “Actividad física, ejercida como juego o competición, cuya práctica supone entrenamiento y sujeción a normas”.
Autor: Martín E. Córdoba
Contacto: maresteban.cordoba@gmail.com