Editorial 122

Hacer una buena gestión de gobierno

Un capítulo inicial del estudio del mundo jurídico comprende el tema Estado y sus componentes: territorio, población y poder. De ahí, responder a cómo administrar ese poder, las voces de multiplicidad de filósofos y estadistas a lo largo de la historia trataron de fundamentar distintas formas de gobierno. Así, al día de hoy, reconociendo que aún es imperfecta, se sostiene que un Estado organizado en una democracia republicana, adopta una de las formas de gobierno más avanzadas.
En ese sentido es usual mencionar que el tiempo que dura una persona al frente del gobierno, desarrolla una gestión de gobierno. ¿Y qué implica una gestión de gobierno? ¿Cómo se administra ese poder en la ejecución de acciones de gobierno?
Enrolándonos en una perspectiva propia de un ciudadano común, sin temor a equivocarnos, diremos que una gestión de gobierno implica una multiplicidad de aspectos que pueden sintetizarse en lo social, la educación, lo económico y lo institucional, todos y cada uno de estos temas, muy imbricados entre sí.
Ahora bien, para desempeñar una gestión de gobierno en nuestro sistema republicano hay un marco jurídico constitucional al que hay que ajustarse. Y ese constructo jurídico, está delineado, también, con ciertos valores y ciertos aspectos éticos que, para engrandecimiento de la república, es conveniente su observancia.
Precisamente, eso es algo que en nuestra Municipalidad se ha desoído. Bajo ningún punto de vista es ético que dos funcionarios de la Administración municipal, uno dependiente del otro, sean ocupados por personas que en su vida privada son esposos, como ocurre con el Director Administrativo de la Municipalidad, Carlos Gatú, que depende de la contadora general de la Municipalidad, Marta Farías de Gatú.
Tampoco es bueno que prevalezca el vínculo familiar en el Concejo Deliberante para el nombramiento -como prosecretaria del Cuerpo- de la hija de la concejala Stella Maris Aballay. Acaso, en este municipio de 17 años, ¿no hay ningún empleado de carrera en condiciones de acceder al cargo, que no sea familiar de un concejal?
El Intendente Morghenstein, con afán de dotar a su gestión de gobierno de transparencia, debiera adoptar las medidas necesarias para que estas situaciones no persistan. Porque a estas alturas, en atención a aquellos valores éticos que mencionamos, no escandaliza la situación detectada; sí, en cambio, que no se corrija.