Art. de Interés General 85

Todas las actividades de nuestra vida las desarrollamos en un radio de 10 km.
Así lo indica un estudio que duró 6 meses, realizado en base a la ubicación de 100 mil celulares

Gracias a un estudio de la Northeastern University de Boston, que fuera publicado por la revista Nature, pudo estimarse que las personas reticentes al teléfono móvil han encontrado un nuevo argumento para seguir sin usarlo. No sólo nos somete a una nueva esclavitud, sino que, además, nos demuestra que nos comportamos como esclavos. Esclavos, claro, de fuerzas tan difusas pero tan contundentes como la rutina, pero esclavos al fin y al cabo. Lo que hasta ahora era sólo una sospecha, el teléfono móvil ha venido a confirmarlo en el estudio de estos investigadores de Boston, que han seguido a través de las llamadas el rastro de 100.000 usuarios escogidos al azar: la vida de la mayor parte de ellos se desarrollaba en un radio de 10 kilómetros.
Las personas recorremos los mismos sitios una y otra vez, y con frecuencia no salimos de un área de aproximadamente un radio de 10 kilómetros. Esta es una de las conclusiones extraídas del estudio citado.
"A pesar de la variedad en la historia de sus viajes, los humanos siguen pautas sencillas y reproducibles", asegura uno de los responsables de la investigación, Albert-Laszlo Barabasi, de la Northeastern University. Los resultados del estudio podrían tener un impacto importante en el fenómeno de la movilidad humana, "desde la prevención de epidemias a la evacuación en emergencias y el planeamiento urbano", añade Barabasi.
Algunos investigadores ya ha-bían intentado rastrear los movimientos de las personas mediante los sistemas de GPS (sigla en inglés del Sistema de Posicionamiento Global) o las encuestas, pero resultaban muy caros. Otros, intentaban seguir el rastro de los billetes de dólar para ver qué caminos tomaban. Sin embargo, según el equipo responsable de este estudio, el seguimiento de los teléfonos móviles es el que ofrece un esquema más completo de los movimientos humanos.
Más de 100.000 usuarios de teléfonos móviles fueron seleccionados al azar entre una muestra de más de seis millones de personas. Cada vez que uno de los participantes enviaba o recibía un mensaje, o realizaba una llamada, la localización del terminal telefónico quedaba registrada en una base de datos. La medición se realizó durante seis meses, pero los investigadores aseguran que transcurridos dos meses ya era posible dibujar la pauta de movimiento de las personas.

Fuente: Diario de España
“El País” (www.elpais.es)
Edición del 09-06-08