Editorial del n° 149

“Indignados” sin organización

A mediados de mes, el miércoles 18, alguien osó destruir el cartel oficialista que estaba a la entrada de Villa Mariano Moreno, en la intersección de calle 1 y 6. Tal como corresponde a un acto propio de cobardes, nadie se arrojó la autoría del hecho, aunque los dichos de la calle son contestes en señalar como responsable instigador a una persona que ahora sufre la orfandad en que la dejó el oficialismo. Se dice que lo hicieron en horas de la tarde; y se supone, obviamente, que se actuó por despecho.
Más allá de los rumores, en una reacción inmediata y propia de la época en que regía la Ley del Talión, a la madrugada siguiente de esa tarde se destruyeron carteles de signo político distintos del Intendente Morghenstein, que aspira a su segunda reelección, a 12 años de permanencia en el cargo.
La consecuencia de aquella reacción, que a todas luces excedió la proporción del ‘ojo por ojo’, fueron la rotura de las propagandas de los candidatos Sandra Aguilar, frente a la Cruz, y de Rinaldo Juárez Babiano, en calle 5 entre 4 y 6. Ambas propagandas ubicadas dentro de sendas propiedades privadas. Además, se enchastró con aceite la sede del partido Proyecto Popular, que postula a Marcos Kristal, sita en calle 6 n° 150, que ya había sido ensuciada anteriormente con pintura esmalte.
Efectivamente, desde este espacio ya denunciamos los derechos conculcados por estas retrógradas prácticas: el de libertad de expresión, la propiedad privada, de elegir y de ser elegido, entre otros. Creemos en un sistema democrático donde el disenso sea tolerado y aborrecemos la violencia, el amedrentamiento y la amenaza que se quiere instalar desde esferas institucionales.
Creemos en la posibilidad de un acuerdo en la distribución de los espacios de comunicación disputados para hacer propaganda, como así también en su debido respeto, y rechazamos la acción cobarde y vandálica de estas personas, y más aún a los políticos y funcionarios de turno que las financian y amparan.
También rechazamos que se usen las grúas de la Municipalidad, tal como ocurrió en calle 21 esquina 4, para montar los carteles de candidatos oficialistas, sin ningún prurito, con total impunidad. ¡Y vaya a saber qué acuerdo tendrán con EDET que no les desconecta del alumbrado público los faros que le instalan a esos carteles! Porque sabido es que a más de un vecino le desconectan del mismo tendido (y se lo llevan) el foco que puso con la finalidad de iluminar su calle.
Por hacer una comparación que no parece exagerada, a cualquiera le da bronca que el movimiento de “los indignados” de España exija más participación en la toma de decisiones y que aquí en sentido opuesto se desnude pura miseria humana al decidir asuntos importantes a espaldas del pueblo. No se promueve la madurez política de la ciudadanía. Estas acciones que debemos padecer no invitan a participar a la gente.
Estas líneas escritas en el Día de la Patria (25 de Mayo) se identifican con las publicadas en la misma fecha por Juan Manuel Asís en La Gaceta, cuando dice: “Hay tantas curiosidades que ocurren en (nuestro) proceso electoral, que hasta parecen normales, forman parte del folclore político, y por lo tanto imposibles de evitar: gente que es candidata en un municipio y que vive en otro, postulantes de ideología distinta al que se acoplan, familiares en lugares privilegiados en las listas, ausencia de internas para dirimir candidaturas, dirigentes de último momento que "se compran" o "se venden", aprovechamiento de los bienes del Estado para hacer campaña, denuncias judiciales sobre cualquier cosa para llamar la atención, etc., etc., etc.”
La indignación también está aquí, en Las Talitas. Falta que se manifieste de manera organizada.