Salud 105

Alteraciones del lenguaje infantil
Y su incidencia en el aprendizaje escolar


Las alteraciones del lenguaje oral repercuten directamente en las estructuras del lenguaje escrito. Por esta razón se hace necesario reflexionar sobre la estrecha vinculación que existe entre el lenguaje y el aprendizaje escolar.
Cuando un niño de dos años y medio de edad aproximadamente, no habla, dispone de muy pocas palabras, no puede expresarse con claridad o no puede entender claramente aquello que le expresan los demás, es posible que presente dificultades en el proceso de organización funcional de su lenguaje.
Es cierto que resulta gracioso escuchar a un niño que habla mal. Pero sería importante no desconocer que estos desajustes en el habla pueden formar parte de una prolongada secuencia de dificultades que acompañará al niño en el transcurso de su desarrollo, porque así como el lenguaje humano es el resultado de un proceso de aprendizaje, es también generador de nuevos aprendizajes. De ahí la importancia que se desarrolle correctamente.
El niño que no presenta dificultades, construye el lenguaje mediante un proceso natural, fisiológicamente, en la interacción cotidiana con los objetos y los sujetos de su entorno cultural.
No sucede lo mismo con el niño que no habla bien o no comprende bien el lenguaje del otro; él sabe que hay fallas en el circuito de la comunicación, por lo tanto debe esforzarse para que el otro lo entienda, debe esforzarse para entender al otro, o bien no se esfuerza y para no quedar en evidencia opta por quedar callado. En todos los casos se altera el acto comunicativo.
Con el tiempo va imitando el modelo correcto que le brindan los otros y por repetición logra mejorar su dicción. De hecho, el mismo niño, a los 5 ó 6 años de edad, ya tiene una expresión mejorada, pero mejorada en su dicción, es decir, en lo aparente, ya que el niño utiliza recursos para disimular sus falencias, cuando en realidad la dificultad en el lenguaje persiste de manera subyacente, es decir que por más que logre imitar la articulación de las palabras, esto no favorece el camino que lleva a apropiarnos del significado de las mismas.
Al ingresar el niño a la escuela, si presenta un lenguaje desorganizado, su representación mediante la escritura, también será desorganizada.
Más adelante, a partir de tercero o cuarto año de la EGB, se presentan dificultades en la escritura y en la lectura. De esta manera, el proceso de construcción del conocimiento se va produciendo de manera fracturada; el niño va aprendiendo más lentamente que su grupo de compañeros y su rendimiento se empobrece. Esto derivará posteriormente en adolescentes que arrastran dificultades desde los primeros años de la escolaridad. Adolescentes que reiteradamente cambian de escuela buscando niveles inferiores de exigencias que se compatibilicen con sus limitaciones, adolescentes que fracasan en el intento de sostener una carrera universitaria.
Desde el campo de la Fonoaudiología hacemos especial hincapié en la importancia de la detección precoz de las dificultades del lenguaje y en la realización de diagnósticos diferenciales que permitan tratamientos adecuados.

Fonoaudióloga: Daniela Cabrera
Calle 15 nº 463 (Villa M. Moreno) - Tel. 437-1963